Fresco en la bóveda de la nave central
Autor: Fotos Sacris

Cuando Muñoz Barberán estaba pintándolos, sucedió una anécdota muy curiosa: estando él acostado boca arriba sobre una plataforma de madera subida a la altura del techo, pintando los frescos, se produjo un leve terremoto. Al pintor le entró miedo y se negó a seguir pintándolos, dejando una parte de ellos sin concluir:

a) En las esquinas inferior izquierda y derecha (en la fotografía) hay pintados un medallón con la Cruz de la Orden de Santiago, y un medallón con un cáliz, respectivamente. Barberán debería haber pintado sobre ellos sendos evangelistas, como hizo en las esquinas superiores.

b) Asímismo, en la parte superior y central de la propia cúpula (en la fotografía), Barberán debió haber pintado varias figuras celestiales más, como hay en la parte inferior. En vez de eso, se limitó a dibujar con prisa unas nubes, que ocupan la mayor parte de la cúpula.

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