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Cultura. Artistas Blanqueños. Pedro Cano (1)

Pedro Cano Hernández nació en Blanca, el 10 de agosto de 1944. Es el menor de tres hermanos varones. Desde pequeño empieza a dibujar, utilizando los lapiceros de colores de la escuela, pero como un niño más, aún sin sentir un interés especial. Sus padres eran vendedores de pescado, oficio que los dos hermanos de Pedro heredarían más adelante, y en el que han estado trabajando hasta hace poco.

Pero a los 10 años, coincidiendo con el triste fallecimiento de su padre, lo que supuso un grave golpe a la familia de Pedro, alguien le regala una caja de pinturas al óleo, y empieza a madurar en él la afición por la pintura, lógicamente sin sospechar todo lo que ésta representaría posteriormente en su vida. Por aquél entonces, Pedro pintaba sobre todo árboles de la huerta blanqueña, frutas, plantas, y objetos cotidianos.

En 1959 ocurrió una de esas raras casualidades que cambian por completo la vida de una persona. La señora Dña. Amparo Benaches, pintora y profesora de Bellas Artes en Valencia, realiza un viaje a Blanca para visitar unos amigos, la familia Magineroso, muy conocida aquí por su empresa dedicada a la artesanía del esparto.

Durante su visita, por azar llegó a ver algunos cuadros de Pedro, e inmediatamente se interesó por él. Por primera vez, surge la posibilidad de dedicarse al mundo de la pintura. A los 17 años, Pedro se encuentra con ella en Valencia, y se habla de su ingreso en la Academia de Bellas Artes de Madrid, lo que a la postre marcaría su vida.

Para intentar ingresar en dicha Academia, Pedro solicita hacer el servicio militar como voluntario, y así poder elegir como ciudad de destino la capital de España.

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Durante el cumplimiento de "la mili", Pedro se presenta al examen de ingreso en la Facultad de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y consigue aprobar a la primera; una pequeña proeza, y quizá la primera demostración de su talento, pues sólo consiguieron aprobar 30 alumnos, de entre varios cientos. Así pues, en 1964 ingresa en San Fernando, en la vieja escuela de la calle Alcalá, y compagina su servicio militar con sus estudios de pintura.

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"La Bombilla". Óleo sobre tabla. 67 x 59 cm. 1965

Antonio López, Juan Barjola y Rafael Martínez Díaz (un pintor sólo conocido para los estudiantes de la asignatura de paisaje), son guías muy importantes en este período. Todos los días después de las clases asiste al Círculo de Bellas Artes a dibujar del natural.

El estilo de Pedro ha sido casi constante desde sus comienzos. En sus cuadros, la protagonista es la luz, y el predominio de colores suaves, tonalidades austeras, neutras, casi monocromas.

"La Bombilla". Óleo sobre tabla. 67 x 59 cm. 1965

En la primavera de 1969 ocurrió el segundo hecho trascendental en la vida de Pedro Cano como pintor. Se convoca una beca de pintura de paisaje para la Academia de Bellas Artes de España en la ciudad de Roma, conocida como "Premio Roma", consistente en tres años de estudios subvencionados en dicha academia. Pedro gana la beca, y en septiembre se traslada a la capital italiana, lo que supondrá su lanzamiento definitivo en el mundo de la pintura. Antes de marcharse reside en la Fundación Rodríguez Acosta, de Granada, donde había conseguido una beca para pintar en La Alhambra.

En 1972 lleva a cabo su presentación ante el público, mediante su primera exposición. A pesar de residir en Roma desde 1969, la exposición se realizó en la Galería Zero de Murcia, ubicada en la plaza de la Cruz. Era una exposición individual titulada "Imágenes de Vida y Muerte".

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"Pompeyano". Óleo sobre tela. 150 x 150 cm. 1981

En esta obra se puede apreciar la relación entre la pintura y la memoria, entre el color y el dibujo; y ya se advierte claramente la importancia que ha tenido para Pedro su paso por Italia.

"Pompeyano". Óleo sobre tela. 150 x 150 cm. 1981

En este mismo año Pedro traslada su residencia a Anguillara Sabazia, un tranquilo y bello pueblo junto al lago de Bracciano, a 30 kilómetros de Roma.

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